sin título

No es la mitad,
no es suficiente.
Su triste opulencia
me arranca reflejos.

Aviones se estrellan
y frunces el ceño.
Y hago corajes,
maldigo a tu dueño.

Y corro a ocultarme
en tontas histerias.
Pensar en soñarte,
ahogarme en miseria.

Y rompo los velos
abrazo mi almohada.
Como trompetas
se vierten mis ojos.

1 comment:

Jorge Santana said...

como trompetas se vierten mis ojos

qué bonito!