A ti me unía un hilo,
sólo un hilo,
nada mágico, nada único.
Un delicado y frágil...
¿Te acuerdas que te dije:
que todo era un reflejo,
que todo era mentira;
que las cosas que queremos
son pequeños destellos de imposibles?
¿Te acuerdas que te dije?
No lo oíste, pero te dije;
que cuando me partieras el alma
saldría volando y dejaría todas las flores.
saldría corriendo y dejaría todos mis tesoros.
Que cuando me hicieras daño,
me haría mas daño yo mismo,
para no sentirte a ti,
para no esperarte a ti.
Que dejaría que aquel piano me consumiera,
me tragara, me escupiera hecho polvo.
Y que el placer más grande después de eso
sería el que un extraño me tuviera en sus manos.
¿Te acuerdas que te dije:
que mis dedos se iban a pelear con tu piel
y con tu cara, que me iba a volver en ti,
me iba a vaciar en ti?
Dije: Dejaré que tú me hagas.
como debo ser, como debo ser.
Dejaré que me conviertas
y no opondré una mirada.
Y tú me hiciste solo.
me hiciste sin ti,
sombrío, oscuro,
descalzo, desnudo.
¿Qué hago ahora, jugar el juego?
No reclamo, no lloro, no ruego,
mejor sonrío al olvido
y pretendo de nuevo.
Este juego no es como el tuyo;
en este se abre el estomago,
se deja escapar los sueños.
Te dejo escapar soltando sólo un hilo.
No comments:
Post a Comment